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Quizá sea esta la pregunta del millón. La que se hacen miles de aficionados a este deporte dependiente del blanco elemento: la nieve. Nieve que, por ahora, es muy escasa en nuestras estaciones. Casi puede sentirse el mono de esquí que tenéis, de hecho muchas conversaciones giran en torno a los destinos navideños: “…pues si no hay nieve, la verdad, subir a los Pirineos o bajar a Sierra Nevada es un poco caro para únicamente tomarme una copa…”, escuchaba el otro día a un amigo.
¿Y bien, qué va a pasar?
Responder a esta pregunta no es fácil. Aunque, desde luego, responder a si se podrá esquiar o no, sí lo es. Se podrá. Es cuestión de tiempo… y de elegir un sitio adecuado. Pero me temo que quizá tengamos que esperar unas semanas más, y que, probablemente, los únicos sitios para hacerlo estén petados de gente…
La clave sobre cuándo nuestras estaciones vestirán su frío manto -y digo cuándo porque asumo que tarde o temprano lo harán- reside en la vigilancia de unos patrones planetarios que determinan el movimiento de las gigantescas masas de aire que nos sobrevuelan. Una serie de factores de repercusión global que configuran una ecuación difícil de resolver, o, más bien, de soluciones múltiples.
Repasemos algunas de estas variables:
Vórtice Polar, cerrado actualmente, confinando el aire frío al Polo Norte (Fuente earth.nullscholl.net)
Probablemente os habréis quedado igual, pues apenas estamos descubriendo y entendiendo cómo nos afectan cada uno de estos factores climáticos por separado. La complejidad se incrementa exponencialmente porque en nuestra atmósfera todos ellos interaccionan, y unos influyen en los otros. Una verdadero galimatías de vientos, humedades, presiones y temperaturas que es, en último término, el que decide si podrás esquiar, cuándo y dónde lo harás.
1Emprendiendo ando La ventaja de pasar de los 40 es que ya no te da miedo nada, y que sabes lo que te conviene y lo que no. Aunque otra cosa es que lo hagas.